Los límites de la organización son cada vez más difusos y se han trasladado a la dimensión global, incluso para las empresas que operan a escala local. Esto ha planteado serios retos a las empresas. La globalización ha cambiado la estructura de la competencia en el mercado. Las empresas competidoras son ahora comparadas constantemente por los poderosos consumidores. Lo que hace tan fuertes a los consumidores son las posibilidades de intercambiar información gracias a Internet y a las tecnologías de la Web 2.0. En un entorno tan competitivo, las empresas deben tener en cuenta y dar importancia a los puntos fuertes de los consumidores para sobrevivir y competir en el mercado. Las organizaciones del mundo actual deben ser conscientes de que son entidades sociales y deben abrirse a la sociedad e integrarse más en ella. Porque satisfacer las crecientes demandas de fortalecimiento del consumidor por parte de la organización podría ser posible de esta manera. La transparencia de la organización hacia la sociedad y la puesta en común de todos los procesos abiertamente con la sociedad aumentará el poder competitivo de la organización. En este contexto, es importante que la organización adopte valores éticos como parte de la sociedad.
